CALLE DE DOBLE VÍA




Hace pocos días atrás fui sorprendido por este letrero callejero, señaléticas que, como tantas, orientan y, por cierto, nominan espacios públicos. Debo confesar que quedé algo desorientado, pues perdí por unos segundos la atención en el tránsito. Es que no es posible que una calle se llame así, al menos refiriera a un desierto en específico, de Atacama, Gobi, del Sahara, en fin, algo que acompañara dicho desierto, pero se llama El  Desierto a secas. Volví con la cámara fotográfica apenas pude, necesitaba convencerme que no era pura ficción. Aquí tienen la evidencia. Imaginé a un alcalde nietzscheano que avizoraba el destino de su comuna en el nihilismo más absoluto. No hay duda de su preclara intuición: el desierto crece.
       

Tenía en mi memoria aquella expresión de Descartes en El Discurso del Método al referir a su residencia en Holanda, sosteniendo que allí se vive como en el mejor de los desiertos. Con ello respondía a su amigo Gues de Balzac ante la sugerencia de optar por el campo, si lo que buscaba era soledad. El filósofo respondió que los holandeses estaban tan afanados en lo suyo que nadie importunaba a nadie, por tanto, se hallaba en el mejor de los desiertos para vivir sin ser molestado. 
                Recordé también esas experiencias en el desierto que tanto gustaban a Humberto Giannini de aquellos anacoretas cristianos que iban al desierto para lograr transcender el llamado “demonio del mediodía” en bien de establecer una directa comunicación con lo divino. Giannini, interesado en el presente, le abrumaba el desierto de los pobres, de aquellos que se les había usurpado el derecho de avizorar un destino más fértil para sus vidas. Esta calle eriaza de Peñalolén había encontrado su nombre, en ella hablaba la verdad de la experiencia de tantos.
                El desierto no deja de crecer, en estas empolvadas calles peñalolinas y lo único que puede brotar en mí son estas pocas líneas polvorientas de una calle llamada El Desierto.

Comentarios

  1. De un letrero que todos hemos visto sin verlo realizas esta tremenda reflexión. Genial

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  2. Es curioso pensar que podríamos decir,al solicitarnos nuestra dirección: "vivo en El Desierto, número tanto". O si alguien nos preguntara cómo llego a tu casa: "por El Desierto a derecha".

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  3. Que curioso, no sabia qé tenia un blog jijiji. Holaaaaaaaaa

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