Piedras y agua

 

Un efecto, dentro de los tantos que genera la lluvia, es la activación de los musgos en las rocas, envolviéndolas con un plúmbeo verdor. En cierto modo dulcifica su rudeza. Su contundencia se vuelve amable invitándonos a detenernos en ella. Un jardín de piedras y agua es también una opción del jardín del edén.


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